Yolanda Cuevas Ayneto

Navidad…

La Navidad unas fechas especiales que no pasan desapercibidas para nadie.

Generan año tras año emociones y sentimientos muy diferentes.

Para unas personas es tiempo de reencuentros, de ilusión, la excusa perfecta para reunirse. Para otros diciembre es sinónimo de tristeza, nostalgia y unas inmensas ganas de que el calendario tenga once meses. No ha llegado Navidad y ya quieren que pasen estas fechas. Diferentes motivos como faltar seres queridos, rupturas, no estar pasando un buen momento anímico, enfermedad ya que esta, no perdona en ninguna situación…

 La sociedad, las noticias, los anuncios casi que obligan a estar y sentirse felices. Reunirnos y querernos, aunque pudiendo, no haya visto desde hace meses a las personas con las que se comparte mesa. Perdonar u olvidar todo y disfrutar estos días porque si no, se despierta eso tan malo que llaman “culpabilidad”. Culpabilidad de no vivir la Navidad como te dicen los anuncios de turrones, casas preciosas, llenas de luces y alegría desbordante…

 En muchas ocasiones tener niños estos días es la salvación para muchos, porque nadie mejor que ellos para mantener vivo el espíritu navideño. Toca organizarse con los regalos, entregar las cartas llenas de deseos y hacerse la foto con Papá Noel o los Reyes Magos. Fotos que tendrán un lugar especial, no en un álbum de toda la vida si no en las carpetas creadas en los portátiles. En otras disfrazarse de Papá Noel…, acordarse de dejar una ventana abierta para simular que por allí han entrado a dejarnos los regalos. Ese gélido salón que te encuentras por la mañana en pijama que queda grabado en tu memoria para siempre.

Momentos inolvidables que se crean generación tras generación para que los más pequeños sientan lo mismo que tu sentiste en su día. Esto sí que es mágico.

Por otro lado diciembre es sinónimo de reflexión analizamos el año resumimos y destacamos los acontecimientos a nivel personal y profesional. De nosotros depende con qué nos quedamos si con los logros o con lo que no hemos conseguido todavía, con lo positivo o con lo negativo, con lo que suma o con lo que resta.

Animo a pensar en todo lo que nos aportó el año, en lo que crecimos, en lo que fuimos capaces de hacer, de mejorar y nuestra mente estará  preparada para seguir en el camino y avanzar.

No te quedes con lo malo, es un peso inútil para tu viaje.

Disfrutar de cualquier momento de la vida, sin presiones es la clave.

Feliz Navidad y que la Pasión, Perseverancia y Paciencia estén presentes en nuestros caminos.

Así es probable que nos crucemos con nuestros sueños.

¡A seguir!

 

 

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Yolanda Cuevas

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