La metáfora del Rabino Abraham J. Twerski nos enseña que la adversidad puede ayudarnos a crecer como personas y e¡la necesitamos para ser más resilientes y afrontar los sucesos de la vida:
‘La langosta es un animal suave y pulposo que vive dentro de un caparazón rígido. Este caparazón rígido no se expande. Entonces, ¿cómo puede crecer la langosta?
Mientras la langosta crece, el caparazón la limita, y la langosta se siente incomoda y bajo presión.
Entonces, la langosta se esconde debajo de una formación de piedras para protegerse de los depredadores, deja su caparazón, y produce un caparazón nuevo.
Con el tiempo, este caparazón también acaba siendo incomodo porque la langosta sigue creciendo. La langosta regresa entonces a las piedras y repite el proceso varias veces. El estímulo que permite a la langosta crecer es sentirse incómoda.
Pero si las langostas tuviesen doctor, nunca crecerían. Porque, en el momento en que la langosta se sintiese incómoda, iría al doctor y conseguiría un válium, se sentiria bien y nunca se quitaría el caparazón.
Los tiempos de estrés, tan indeseados, pero que forman parte de la vida, también son tiempos de oportunidades para el crecimiento. La adversidad como abno de crecimiento. Piénsalo, siéntelo.
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