Yolanda Cuevas Ayneto

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Artículos Psicología y Salud

Para cenar en paz esta Noche Buena y las que vengan.

 

Es pasar la hoja del calendario, ver diciembre, fechas en rojo y hay gente que suspira tan profundo que no hacen falta palabras para saber que no es su mes. Hay personas a las que la Navidad no les gusta, por diferentes razones. Faltan seres queridos, hay que comprar regalos en ocasiones obligados, las fechas promueven reunirse en familia y no es como la “pintan” los anuncios de turrones.
Socialmente hay una gran expectativa y lo que se respira en el aire no es paz, armonía y amor sino presión, pocas ganas y culpabilidad por no vivir en muchos casos, el espíritu navideño como manda la tradición.
Una vez superada la pregunta ¿y esta Navidad con quién toca? Hay que diseñar nuestra navidad, planificando todo aquello que depende de nosotros. No esperar a que la magia navideña, una mesa vestida de rojo, o los villancicos de fondo hagan que las desavenencias, las discusiones pasadas, los roces familiares, los temas pendientes y un largo etcétera… desaparezcan. Porque a la mesa se sientan también todas esas circunstancias que si no se saben manejar amargan la reunión familiar.
Te propongo unas ideas para que vayas reflexionando, y decidas cuales están en tu área de acción. Las llamo ideas para cenar en paz esta Noche Buena y las que vengan:
1. Escribe lo que te puede aportar de positivo reunirte con cada miembro que va a asistir. Tu cerebro trabajará buscando aquello que has anotado y tú, actuarás en consecuencia.
2. Decide donde sentarte en la mesa. Procura estar cerca de los que hayas anotado que te va a aportar más. Facilitará la conexión y buen ambiente.
3. Prepara tu lista de temas de conversación pensando en los demás. No esperes a que hablen los de siempre, para luego decir que se habla de lo mismo. Nada de política, fútbol, crisis, o el paro si sabes que hay personas con ideas opuestas, blancos y azulgranas, o si hay personas que están en paro o pasándolo mal económicamente.
4. Mima el ambiente. Pon velas y música según los gustos de todos, los villancicos están bien pero no tienen que imponerse en toda la velada. De este modo predisponemos a las personas al “buen rollo”.
5. Suaviza el tono de voz. Si gritas aunque sea tu tono, las personas reaccionan a la defensiva gritando más o de forma pasiva y callando. Si te gritan respira y busca esa frase asertiva que te dejará tranquilo y en paz contigo mismo.
6. Nada de indirectas. Nunca es la forma adecuada de comunicarse pero en un día así menos. Si te toca escucharlas sonríe y puede hasta que sepas de antemano que entre gamba y gamba vas a oir: “no sé si iremos de boda”, “no creo que sea abuelo a este paso”, “siempre van ocupados no sé cómo lo hacen”… Saberlo te va a permitir elegir desde la calma cómo reaccionar para luego no arrepentirte de tus formas.
7. Cuida la comunicación no verbal. La cara habla lo que la lengua calla. Sin mediar palabra puedes transmitir incomodidad, pasotismo, chulería, nerviosismo…
8. Aquí y ahora. No engullas la comida centra tu atención en el olor, la textura, el sabor, para comer más despacio y disfrutar de lo que se ha preparado. Recuerda que llegar “a mesa puesta” supone que detrás hay alguien que ha dedicado muchas horas para dar gusto a todos.
9. Decide que harás. Si te sientes violento, desplazado, sin saber qué hacer, interactúa con los niños, o con la persona más afín, o levántate y ayuda a traer el siguiente plato o recoger la mesa. Pero no bebas más porque lo empeorará todo.
10. El móvil alejado y silenciado. Alguien o los niños que se encarguen de recogerlos y ponerlos fuera del alcance. No es necesario para pasar unas horas juntos. Ver como cada uno ríe y “wasapea” fotos y videos toda la cena desconecta de un ambiente en familia. Y si hay niños recuerda que estás educando, sean o no sean tus hijos.
11. La hora de los regalos está para disfrutar. Pactar el precio, que sea algo simbólico, facilitar el regalo etc… puede aliviar los compromisos y el malestar que puede generar. Se trata de compartir el momento y no las críticas por ver qué se ha hecho y a quien. La próxima vez hazlo con más antelación. Y nunca olvides que hay personas que en estas fechas que no podrán ni hacer, ni recibir regalos.
12. Piensa en los que se “estrenan” en la familia. La pareja de tu hijo, la pareja de tu hermana o ese pequeño hijo, nieto, y/o sobrino que es consciente por primera vez de la Navidad. Vas a ser partícipe de su primer recuerdo así que actúa para que sea agradable.
Llega la despedida, quédate con lo bueno, habla contigo mismo o con tu pareja de la parte dulce. Todo lo que haya que mejorar la vida se encarga de ponerte a prueba de nuevo.
Paciencia y flexibilidad son la mejor compañía en Navidad y en la vida.
Feliz Navidad

Aquí mi intervención en Aragón Radio desde el minuto 8.

http://www.aragonradio.es/radio?reproducir=116598

 

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Una figura fundamental: el árbitro

Os dejo mi colaboración en el artículo, Una figura fundamental: el árbitro  de Mundo Fútbol Base

Con diferentes profesionales entre ellos el Sindicato de árbitros, analizamos la importancia del papel educativo en el deporte de una figura tan necesaria como controvertida, el árbitro.

Agradezco también a Carlos Clos Gómez árbitro de Primera División, que me facilitara su opinión.

En el artículo Mundo Fútbol Base incorpora el enlace de mis 10 consejos para el árbitro de fútbol base.

 

10 pautas para ser un buen árbitro y formar a los jugadores: 

  1. No limites todo al conocimiento y aplicación del reglamento con el silbato. Entrénate y fórmate  en aspectos físicos, tácticos, técnicos. Trabajar tu auto-confianza te ayudará a actuar con decisión y rapidez. Todo contribuye a que actúes con seguridad y a ser justo.
  2. Fórmate en aspectos psicológicos y desarrolla tu inteligencia emocional. Te alejará de lo que los jugadores y el público llaman “actitudes desafiantes”. Evitarás hablar con tono y palabras amenazantes de las que puedas arrepentirte.
  3. Entrena  la comunicación no verbal,  jugará a tu favor. Aprende a controlar tus gestos y posturas, evitará que “se calienten”. El autocontrol es fundamental en este deporte.
  4. Aprovecha interrupciones para educar a los jóvenes jugadores y entrenadores en las normas y reglas del juego, y evitar el autoritarismo que no la autoridad.
  5. Aprende a gestionar los conflictos, la mayoría vienen por el intento de transgredir las normas, agresiones verbales y físicas  e intentar hacer trampas.
  6. Fomenta el buen ambiente, el disfrute de la práctica deportiva porque no está reñido con la competición.
  7. Trabaja la comunicación y el buen trabajo en equipo con el resto de compañeros.
  8. Muéstrate cercano, que los niños no te teman, primero  eres persona. Desde su primer encuentro ya contribuyes a la futura imagen del “árbitro”.
  9. Tú también puedes transmitir la pasión por el deporte que arbitras, y que no sientan los jugadores, entrenadores, público que estás al margen.
  10. Analiza, reflexiona y aprende de cada encuentro, con lo que has vivido y te han transmitido jugadores, entrenadores y compañeros. Cada partido tiene que servirte para aprender y avanzar. Y si tiene que haber fallos que sean nuevos.

niño y entrenador

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Cómo ayudar a nuestros hijos a vencer la timidez.

articulo Heraldo Decálogo timidez

Mi artículo de la sección escolar del Heraldo de Aragón. PDF

Desde que nacemos comenzamos a experimentar en un mundo que no conocemos. Esas experiencias generan en nosotros emociones que nos impulsan a seguir realizando lo que las provoca. Por ejemplo cuando aprendemos a andar oímos aplausos y observamos caras de felicidad en nuestros padres y abuelos. Eso nos gusta y lo repetimos para volver a vivir la emoción. La familia nos acompaña, nos ayuda, nos cogen primero de los dos brazos, luego nos sueltan uno y así hasta cogernos de las manos, después nos sueltan dedo a dedo y nos van transmitiendo la seguridad suficiente para sentirnos capaces. Hasta que damos nuestro primer paso y… ¡al suelo!.

Puede que lloremos, pero en seguida las palabras tranquilizadoras de papá o mamá nos darán fuerzas para intentarlo de nuevo. Y volvemos a empezar una y otra vez hasta que la distancia cada vez se hace mayor, al mismo ritmo que se incrementa la cara de felicidad y asombro de nuestros progenitores.

Lo contrario ocurre si lo que intentamos es cerrar las puertas, chupar el móvil, tirar juguetes al wáter pensando que aparecerán en la cisterna…En definitiva, empezamos a interactuar con  nuestro entorno y recibimos señales que nos indican si  podemos seguir o no.

Son nuestras experiencias y los límites que nos pongan lo que determinará nuestra forma de actuar, por lo que la clave es crear un ambiente que motive a los pequeños  a atreverse a decir y hacer. De este modo ganaremos la batalla paso a paso de la timidez.

Por ello los padres no deben conformarse con decir que su hijo/a es tímido/a y sí seguir los siguientes principios que le ayuden a superarlo

1.Conocer el origen de la timidez del niño/a:Elloayudará a tratarla con eficacia.  Las causas pueden ser genéticas, ambientales, emocionales, de aprendizaje, etc… El niño/a  tímido/a no lo es por mala educación o por decisión propia; detrás suele haber sufrimiento emocional y un sentimiento de diferencia.

2.Centrarse en lo positivo:La familia es el primer entorno en que los hijos se desarrollan; donde surgen las primeras experiencias y la confianza. Es muy importante que sientan que sus padres les entienden, apoyan y están a su lado. Así, es prioritario que los padres se centren en resaltar las virtudes de todos los miembros de la familia. Ello generará positividad en el hogar y no negativismo.

3.Apoyarles y ayudarlos en lo que se proponen:Una vez que un hijo/a decide que quiere aprender a tocar un instrumento o practicar un deporte, es mejor que lo haga en una actividad de grupo para favorecer la socialización. Hay que acompañarle, animarle para que sienta que lo que practica tiene importancia en la familia, y que no es una actividad irrelevante más en su semana. Una actitud de apoyo en su entorno aumentará su autoestima beneficiando el desarrollo de su personalidad.

4.Evitar el ridículo y la comparación con los demás:Hay que dejar que prueben, que hablen sin cortarles, que bailen y canten sin reírnos aunque desafinen. Creemos que con estas actitudes no les hacemos daño, pero ocurre todo lo contrario. Debemos hacer junto a él/ella una lista con sus fortalezas y habilidades, en lo que es bueno/a y leerla a diario.

5.Educar en Habilidades Sociales: Existe una relación directa entre las competencias sociales en la infancia y el posterior funcionamiento en la edad adolescente y adulta.

Las habilidades sociales promueven una interacción social positiva con los demás, necesaria en el desarrollo y adaptación social, académica, emocional y laboral.

 6.Incentivarlos a hacer otras cosas que no suelen hacer, sin forzarlos:Así crece la personalidad. Animarles a que canten, que metan las cosas en la cesta de la compra, que le digan al peluquero que viene a cortase el pelo, que pidan ellos sus cromos en el quiosco; cuando le pregunten los años que ha cumplido, que sean ellos los que respondan; dejarle su tiempo y que conteste…De esta forma se van sintiendo más seguros, su confianza crece, su autoestima se fortalece y se sienten más capaces.

7.Enseñarles el significado de los errores y a no rendirse:Para lograr algo, hay que intentarlo una y mil veces como cuando empezamos a andar. Hay que enseñar a los pequeños que después de cada error hay una nueva oportunidad para lograr lo que se quiere. Es positivo enséñales con sentido del humor, alegría y diversión. Desarrollar un diálogo interno en positivo y practicarlo: ¡venga, lo vuelvo a intentar!, ¡una y mil veces!, ¡esto no me vencerá!,  ¡a por la siguiente!, !La siguiente será mejor!.

8.Darle el papel de líder en algo:Darles una responsabilidad dentro de la familia, centrando la importancia en sus intentos, felicitándoles por ello y no criticando el  resultado.

9.Tratar la situación con naturalidad: Que no sienta que es “el problema”. Darle confianza, tiempo, motivarlo a que vaya superándose según su edad. Proponer nuevos retos pero sin agobiarle. Conocer sus estrategias positivas y potenciarlas para afrontar sus situaciones.

10.No mostrar una preocupación excesiva: Ya que suponen cargas adicionales a vuestro hijo/a. La timidez no es una “enfermedad” es una característica más de la personalidad que mejora con la práctica de herramientas psicológicas.

Hay muchas cosas por hacer antes de etiquetar y decir:

ES QUE MI HIJO/A ES MUY TÍMIDO/A

AlogoYC4 bis (1)

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