resolución de conflictos
La vuelta al cole de los grupos de Whastapp de los padres
Os dejo en PDF mi artículo sobre los grupos de Whatsapp de los padres en los coles (o clubes deportivos). En él se ofrecen pautas y reflexiones para que esos grupos sumen y no resten en las relaciones y en la educación de los hijos.
Espero vuestros comentarios, reflexiones y aportaciones. Os deseo a todos un buen curso escolar!
Los grupos de Whatsapp escolares, verdadera pesadilla de muchos padres, fomentan la observación pasiva, el cotilleo, los rumores y el conocimiento de información poco o nada relevante para la educación de sus hijos.
Los padres tenemos la obligación de reflexionar sobre cómo afectan las nuevas tecnologías a nuestra comunicación y elaborar nuevas pautas de comportamiento para que su uso sume y no reste en la educación de los hijos. Por eso, Antes de crear un grupo escolar de whatsapp, Yolanda Cuevas Ayneto, psicóloga de la salud y el deporte, especialista en disciplina positiva del aula y familia, explica que “debemos plantearnos siempre cuál es el verdadero motivo que nos empuja a hacerlo y , sobretodo, qué van a aprender, qué les vamos a enseñar a nuestros hijos con este sistema de comunicación que, como madres o padres, estamos utilizando. Los grupos de Whatsapp escolares, verdadera pesadilla de muchos padres, fomentan la observación pasiva, el cotilleo, los rumores y el conocimiento de información poco o nada relevante, además de que nos roban mucho tiempo, al tener que revisar cientos de conversaciones, por si hay algo supuestamente importante.
Estas pautas, que nos ofrece la psicóloga, nos ayudarán a tener un mejor uso de la aplicación:
- Antes de añadir a alguien, pregunta y que te dé el consentimiento. Respeta, siempre si no lo quieren hacer o si, llegado el momento, lees: “Pilar ha abandonado el grupo”.
- Envía unas normas básicas de funcionamiento o un artículo que hable de ello para guiar el funcionamiento del grupo y recuérdalo cada vez que se incorpore alguien o se abuse del uso.
- Mantén silenciado el tono de aviso de los whatsapp. Como la mayoría no lo hace, ni apaga los móviles, vigila a qué horas envías los mensajes para no molestar.
- No hay que escribir todos los días. Tranquilos, ¡el grupo seguirá vivo!
- No es un ‘cajón de sastre’. Limita la información a lo importante para el grupo y evita compartir publicidad, fotos, compras, vídeos de moda, que se reciben repetidos en decenas de grupos de amistades.
- Sí a los enlaces de interés que ayuden a la siempre dura tarea de ser padres, noticias que nos hagan reflexionar o material educativo.
- Si algo no te gusta, hazlo saber. Así, se van poniendo límites, sabiendo que no todo vale. El que calla otorga, ya se sabe.
- Sé siempre educado educado al inicio y final del mensaje, pero sobre todo, si formulas peticiones de algún tipo. Pero, cuando alguien del grupo aporte algo de valor, con que uno responda con ‘el aplauso’, ‘la sevillana’, ‘el guiño’ o ‘el beso’, es suficiente, y así se dan todos por enterados. Aplica el mismo criterio para felicitar los cumpleaños; recuerda que si hay 40-60 padres, el chat parecerá una verbena. Esto, además, dificulta la búsqueda o repaso del chat, al final del día, para ver la información importante.
- Evita enviar fotos de tus hijos y no difundas las de los demás, nunca se sabe dónde pueden llegar a parar, y no tienes el permiso de sus padres, como lo tiene el colegio.
- Si el tema es privado o compete a una persona determinada usa la comunicación directamente con ella fuera del grupo. Por Whatsapp no se solucionan los problemas y malentendidos. El ‘cara a cara’ no puede ser sustituido por emoticonos, por mucho que gusten.
- No exijas una respuesta inmediata, respeta los tiempos y la vida de los demás. Y si no sabes o no tienes lo que se pide o se pregunta, no hace falta que lo digas. No responder, ya es responder. Que lo haga únicamente la persona que lo sabe o lo tiene beneficia al grupo.
- Cuida con hacer subgrupos de subgrupos: al final, puede pasar que envíes el whatsapp al grupo equivocado y que se descubra todo, generando un mal clima entre padres, lo que, lo que repercute en las amistades de los niños.
- Cuida lo que hablas delante de tus hijos sobre los comentarios de otros padres en el grupo. Al día siguiente puede ser tema de conversación en el recreo.
- Hagamos todos un uso responsable y educativo del whatsapp, por el bien de todos.
Arbitrar para educar
DEPORTE implica vida, diversión, personas llenas de energía, que favorece la salud física y psicológica desde que se inicia su práctica siendo un niño. Ya sea porque se inicia en el colegio o como actividad extraescolar en un centro o club la esencia del deporte es común a todos ellos.
El deporte juega como herramienta educativa su mejor “partido” en el desarrollo como persona. Cuando triunfa el deporte en mayúsculas, triunfan no solo las cualidades deportivas sino las humanas. Valores como el esfuerzo, el compromiso, la responsabilidad, el respeto, la humildad, la perseverancia, la disciplina, el espíritu de equipo, la colaboración están presentes cada semana en la práctica deportiva del futuro de nuestra sociedad.
Los responsables de inculcar todos estos valores en el ambiente deportivo son sus entrenadores y el club, colegio o institución y por otro lado las familias cuyo apoyo es imprescindible.
Pero existe una figura, la del árbitro que también asiste a los encuentros y que le gusta el deporte. No valorada, ni respetada en muchas ocasiones pero indispensable, sin él o ella no hay encuentro. Estigmatizada donde las haya y con un legado negativo. Pero la realidad es que cada año nuevos jóvenes siguen formándose para cumplir su sueño, el de ser árbitro. Fuente fácil de eternas disputas en encuentros deportivos desde edades muy tempranas. Se transmite a los más pequeños una figura distorsionada del árbitro, como la causante de todos los males. Con ellos más que nunca se echan “balones fuera”…. Les toca juzgar, decidir y sancionar y nunca es a gusto de todos. Sin olvidar que una sociedad tan competitiva que sobrevalora la victoria, echar la culpa al árbitro es más fácil en muchas ocasiones que asumir los propios errores. Por lo tanto ¿qué papel educativo y formativo desempeña un árbitro en los más pequeños?
La intervención arbitral en edades tempranas es fundamental para el desarrollo de la deportividad y juego limpio. De este modo fomentar una competición más educativa. El respeto, la imparcialidad, ser objetivo, transmitir confianza, autocontrol, saber comunicar, resolver un conflicto, tener confianza en uno mismo son valores de gran importancia que puede transmitir el árbitro.
Como árbitro tienes que asumir tu papel educativo. Independientemente del motivo por el que decides ser árbitro en encuentros deportivos y de tu edad, si quieres ser un buen árbitro:
1- No limites todo al conocimiento y aplicación del reglamento con el silbato. Entrénate y fórmate en aspectos físicos, tácticos, técnicos. Trabajar tu auto-confianza te ayudará a actuar con decisión y rapidez. Todo contribuye a que actúes con seguridad y a ser justo.
2- Fórmate en aspectos psicológicos desarrolla tu inteligencia emocional, te alejará de lo que los jugadores y el público llaman “actitudes desafiantes”. Evitarás hablar con tono y palabras amenazantes de las que puedas arrepentirte.
3- Entrena la comunicación no verbal, jugará a tu favor. Aprende a controlar tus gestos y posturas, evitará que “se calienten”. El autocontrol es fundamental en este deporte.
4- Aprovecha interrupciones para educar a los jóvenes jugadores y entrenadores en las normas y reglas del juego, y evitar el autoritarismo que no la autoridad.
5- Aprende a gestionar los conflictos, la mayoría vienen por el intento de transgredir las normas, agresiones verbales y físicas e intentar hacer trampas.
6- Fomenta el buen ambiente, el disfrute de la práctica deportiva porque no está reñido con la competición. Al inicio de los encuentros deja claro qué esperas de los jugadores.
7- Trabaja la comunicación y el buen trabajo en equipo con el resto de tus compañeros.
8- Muéstrate cercano, que los niños no te teman, primero eres persona. Desde su primer encuentro ya contribuyes a la futura imagen del “árbitro”.
9- Tú también puedes transmitir la pasión por el deporte que arbitras, y que no sientan los jugadores, entrenadores, público que estás al margen.
10- Analiza, reflexiona y aprende de cada encuentro, con lo que has vivido y te han transmitido jugadores, entrenadores y compañeros. Cada partido tiene que servirte para aprender y avanzar. Y si tiene que haber fallos que sean nuevos.
No olvides que arbitrando también educas.
A los árbitros desde edades muy tempranas se le pide la perfección, y no hay que olvidar que también se inician, se forman y evolucionan hasta llegar a ser profesionales. Todo en la vida exige un proceso formativo y el error también forma parte de ese proceso en los árbitros.
Cuando gritas, insultas y/o agredes a un árbitro también mal educas a tu hijo en contravalores. Estos contravalores no se quedan en el campo. Al día siguiente los ponen en práctica en casa o en el colegio. ¡Los niños no se resetean!
No te sorprendas y preguntes a tú hijo: “¿Pero tú dónde has aprendido esto? ¡En casa desde luego no!”
En casa no pero en el campo de fútbol ¡SÍ!
Siempre se habla de “arbitrar para acertar” o “arbitrar para no fallar”, no olvidemos que también hay que “arbitrar para educar” en cualquier deporte.
Agradecer a Mundo Fútbol Base que destacara el decálogo en su artículo.
Cohesión y valores desde los primeros entrenamientos.
Se sabe de la importancia de la cohesión grupal y los valores en la base de un buen equipo.
Os dejo el artículo escrito junto a Patricia Ramírez Loeffler para la web OkPatines.
Seguridad y confianza variables que deseas que te acompañen en la vida y en el deporte. Pero ¿cómo trabajarlas para que sean pilares en tu día a día? La seguridad y la confianza no surgen de la nada, no son el resultado de comentarios del tipo “venga ten confianza en ti que saldrá” o “tienes que confiar más en ti”. A la confianza todos la quieren tener de su lado, pero el problema está en cómo conseguirla y mantenerla.
Seguridad y confianza se alimentan, entre otros, de experiencias positivas vividas que potencian tus capacidades. Cada vez que confirmas y experimentas que has sido capaz de realizar aquello que te proponías, te sientes bien y seguro. Se trata de que el trabajo y las horas de esfuerzo se traduzcan en tu mente en recuerdos de lo que sí eres capaz de hacer. La percepción de control en lo que haces es la base de tu confianza y seguridad.
Cuando te enfrentas a un nuevo reto, tu mente busca en la base de datos del cerebro qué experiencias has vivido que te permiten ser apto para repetir y poder alcanzar tus objetivos. En definitiva, la mente busca situaciones y fortalezas que permitan que tu confianza sea óptima. Y esa confianza es el resultado de tu pasado y de la percepción que tienes de ti mismo.
El primer paso es recordar la vez que fue posible o la última vez que te enfrentaste a ese reto y te acercaste a tu objetivo. Este recuerdo te hace sentirte más orgulloso, más seguro con más confianza y por lo tanto te prepara para repetirlo. Analizar y tener presente qué hizo posible ese logro es fundamental para ordenar los pasos en los siguientes intentos. Se trata de buscar en tus fortalezas lo que te hace capaz, tener claro que dentro de ti existen una serie de capacidades, una actitud y un talento que, si lo trabajas, te puede llevar al éxito. Si no sabes qué tienes dentro, si desconoces el locus de control interno, no serás capaz de repetir y darle valor a lo que te lleva al éxito. Tienes que tomar conciencia de lo que haces correctamente, el por qué y así crear tu ruta hacia lo que te propones.
Todo lo que dependa de ti mismo tiene que ser trabajado. Tienes que centrarte en el presente, en lo que tienes que hacer en cada momento, en lo que depende de ti, y a la vez, dejar de prestar atención a todo lo demás, a lo que resta energía y tiempo; la duda, el “pero”, los “y si”…, la suerte.
Si quieres conseguir sentirte seguro y con confianza tienes que:
- Establecer metas realistas y a la vez ambiciosas, que seas capaz de alcanzar pero que tiren de ti y te motiven.
- Entrenar y desarrollar autodisciplina, esfuerzo y perseverancia como base del éxito.
- Dar prioridad al rendimiento, a la ejecución y no focalizar el éxito en el resultado.
- Fomentar un ambiente y unas actitudes positivas que favorezcan el aprendizaje y el avance. Nadie quiere trabajar un ambiente hostil, en el que uno se siente presionado. Permítete aprender con el error, es la única manera de hacer las cosas diferentes. Equivocarse forma parte del camino y si te machacas con el error, terminarás por sentirte inseguro cada vez que pruebes algo.
- Establecer rutinas y así reducir la presión y ansiedad previa a la competición.
- Trabajar con visualización o práctica imaginada para entrenar situaciones futuras. Imaginar el modelo de lo que quieres hacer, el tipo de ejecución, las sensaciones que quieres sentir, la fortaleza de tus músculos. La mente es capaz de imaginar todo lo que te propongas. Trata de imaginar sobre el éxito y no con las equivocaciones. Tu cerebro guardará en su memoria lo que hayas imaginado y podrás acceder a ello cuando estés entrenando y compitiendo.
A pesar de que la seguridad te la da lo que está haciendo ahora, fantasear con el futuro te abre las puertas a nuevas oportunidades. La mente no puede estancarse en el pasado. El presente sirve para trabajar, para ponerte a prueba. Olvida el error y piensa que tienes cientos de oportunidades por delante para demostrar todo lo que llevas dentro. El único fracaso es no intentar lo que deseas.
Importante: No olvides que la confianza se relaciona con el rendimiento mediante una curva en forma de U invertida. Conforme aumenta la confianza el rendimiento aumenta hasta el llamado punto óptimo. A partir del cual el aumento de confianza va unido a una disminución del rendimiento, en este caso lo que ocurre es un exceso de confianza. ¡No te relajes en exceso!
Tan importante es trabajar la seguridad y confianza por defecto como por exceso, ambas te alejan de conseguir tu objetivo.
Patricia Ramirez Loeffler Yolanda Cuevas Ayneto
Psicóloga de la salud y el deporte Psicóloga de la salud y el deporte
@Patri_Psicologa @YolandaCuAy