Yolanda Cuevas Ayneto

“Redes que atrapan” a los menores

Cada día, miles de niños, niñas y adolescentes sufren violencia sexual en el entorno digital sin que la sociedad llegue a verlo o comprender su gravedad.

Esta realidad no puede ser ignorada. Es urgente que familias, escuelas, instituciones y redes sociales asuman su parte de responsabilidad para proteger a los menores, educar en el uso seguro de la tecnología y denunciar cualquier forma de abuso. 
Y por ello quiero compartir los datos principales y el informe de Save The Children, 8 julio 2025  

  1. Impacto generalizado
    • El 97,9 % de los jóvenes (18‑21 años) afirma haber sufrido alguna forma de violencia sexual en internet durante su minoría de edad.
    • En 2023 se registraron 4 896 denuncias por ciberdelitos contra menores, de las cuales 1 068 fueron de índole sexual, según el Ministerio del Interior. Save The Children advierte que la mayoría de los casos no se denuncian o detectan.
  2. Formas de violencia sexual identificadas
    • Grooming: un tercio de los jóvenes encuestados sufrió contacto adulto con fines sexuales.
    • Sexting sin consentimiento y difusión no autorizada de imágenes íntimas.
    • Sextorsión: coacción por contenido íntimo.
    • Deepfakes: uno de cada cinco sufrió manipulación de imágenes mediante IA.
  3. Desigualdad de género
    • Carmela del Moral, responsable de políticas de infancia en Save The Children, advierte que las chicas están más expuestas y son más castigadas si son víctimas.
  4. Recomendaciones clave
    • Refuerzo del control parental y acompañamiento familiar desde edades tempranas.
    • Educación digital, sensibilización sobre riesgos y uso adecuado de dispositivos.
    • Protocolos educativos y legales más eficientes para prevenir, detectar y sancionar estos abusos.

Consecuencias Psicológicas de la violencia sexual online en menores:

  1. Ansiedad y miedo constante
    • Las víctimas pueden vivir con temor a ser expuestas, juzgadas o atacadas, tanto en el mundo digital como en el presencial.
    • Puede generarse un estado de hipervigilancia y desconfianza hacia los demás.
  2. Depresión y tristeza profunda
    • La humillación, el rechazo social o el aislamiento que a veces sigue a la exposición de imágenes o mensajes íntimos pueden desencadenar síntomas depresivos, falta de sentido vital y desesperanza.
  3. Problemas de autoestima y autoconcepto
    • La difusión de contenido íntimo o el acoso sexual online puede dañar gravemente la percepción que la persona tiene de sí misma, minando la confianza y el respeto propio.
    • Las víctimas pueden sentirse “rotas” o “sucias”, lo que impacta su identidad.
  4. Aislamiento social
    • Muchas víctimas se aíslan por vergüenza o miedo al juicio social, evitando tanto el contacto digital como el presencial.
    • Este aislamiento puede reforzar la sensación de soledad y abandono.
  5. Culpa y vergüenza
    • A menudo, los menores sienten que han sido “cómplices” o “culpables” de la situación, especialmente en casos de sexting o grooming.
    • Esta falsa culpa alimenta el silencio y dificulta pedir ayuda.
  6. Estrés postraumático
    • En casos graves, las víctimas pueden desarrollar síntomas de trauma: flashbacks, pesadillas, evitación, bloqueo emocional y una sensación persistente de inseguridad.
  7. Conductas autodestructivas o de riesgo
    • Algunos adolescentes recurren a autolesiones, consumo de sustancias o conductas sexuales de riesgo como forma de aliviar el malestar emocional.
  8. Dificultades en las relaciones afectivas y sexuales futuras
    • La vivencia de abuso o humillación sexual digital puede afectar la capacidad para establecer relaciones sanas y seguras en la adultez.

Estas consecuencias no siempre son visibles de inmediato, pero pueden acompañar a la persona durante años si no se recibe apoyo psicológico adecuado.

Pincha aquí para ver el informe

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Yolanda Cuevas

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