Un día un viejo campesino fue a ver a Tara. Para el budismo Tara es la madre de la liberación que representa las virtudes del éxito en el trabajo y le dijo:
-Mira tú debes ser Tara y debes haber creado el mundo pero hay una cosa que tengo que decirte, no eres un campesino no conoces ni siquiera el ABC de la agricultura tienes algo que aprender. Tara dijo:
-¿cuál es tu consejo?
El granjero dijo:
-Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo quiero y veamos qué pasa. La pobreza no existirá más. Tara aceptó y le concedió al campesino un año. Naturalmente pidió lo mejor y solo mejor. Ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano, todo confortable cómodo y él era muy feliz. El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol había sol o cuando quería lluvia había tanta lluvia como hiciera falta. Este año todo fue perfecto. El trigo crecía tan alto que el campesino fue a ver a Tara y le dijo:
-Mira esta vez tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en 10 años aún así tendremos comida suficiente. Pero cuando se recogieron los granos estaban vacíos… el viajero se sorprendió entonces fue y le preguntó a Tara:
-¿Qué pasó, cuál fue el error?
Tara respondió:
-Como no hubo desafío, no hubo conflicto ni fricción como tú evitaste todo lo que era malo el trigo se volvió impotente. Un poco de lucha es imprescindible, las tormentas los truenos los relámpagos son necesarios porque sacuden el alma dentro del trigo. La noche es tan necesaria como el día y los días de tristeza son tan esenciales como los días de felicidad a esto se le llama entendimiento.
Espero que esta lectura sea inspiradora y te ayude a ver tu adversidad de una forma diferente, como parte de la vida y descubrir en qué te ayuda a crecer. Si eres padre que te inspire en la educación de tus hijos.
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