Existen diferentes técnicas de respiración, herramientas que reducen el estrés y la tensión muscular. Son herramientas que está dentro de ti, necesitas conocerlas y practicarlas.
La respiración abdominal también llamada diafragmática o baja nos permite centrarnos y llenarnos de energía.
Aumenta la cantidad de aire a los pulmones y promueve la oxigenación de la sangre. Esto implica también que la información de vuelta de los órganos a la mente a través del nervio vago sea relajada.
Es una técnica muy recomendada para combatir la ansiedad. Una respiración rítmica y profunda que estabiliza emocionalmente. La puedes realizar en cualquier momento y no hay que esperar a estar tenso para practicarla.
La respiración abdominal está contrapuesta a la respiración torácica. En esta expandimos la caja torácica hacia arriba y adelante lo que ensancha los pulmones y aspirar el aire. Y permite una mayor frecuencia respiratoria. La respiración diafragmática los pulmones se expanden hacia abajo y permite un número de inspiraciones por minuto menor.
Por eso utilizamos la respiración torácica cuando jadeamos como al hacer ejercicio, porque quemamos gran cantidad de energía y tenemos una gran demanda de oxígeno. En cambio la respiración abdominal es un tipo de respiración consciente, que solo puede utilizarse con concentración.
Beneficios:
-Corregimos la acidificación de la sangre. Al ser un proceso consciente, permite pausar la frecuencia respiratoria evitando la taquipnea o hiperventilación subclínica propia de los estados de ansiedad o estrés. Así evitamos que la sangre se acidifique por exceso de oxigeno en relación con el CO2, que provoca mareos, nerviosismo y diversos síndromes neurológicos. La respiración abdominal nos devuelve los niveles normales de CO2 en sangre y nos ayuda a eliminar la ansiedad.
-Favorece la atención y concentración mental
-Equilibra las emociones.
-Facilita el sueño y combate el insomnio.
-Aumenta la capacidad pulmonar y mantenemos la elasticidad pulmonar: La máxima capacidad pulmonar que alcanzamos en cada respiración es de unos seis litros de aire, a partir de los cuarenta años empieza a decrecer. A los sesenta años nuestra capacidad pulmonar puede ser un 30% inferior que con treinta. Una de las causas es que no entrenamos los pulmones para que mantengan su elasticidad y se atrofian debido a cambios en los tejidos, los músculos, los huesos y el sistema nervioso. La respiración abdominal los mantiene elásticos y tonificados.
-Activa el sistema circulatorio.
-Mejora el funcionamiento de los órganos intestinales
¿Cómo se practica?
- Tumbado boca arriba en la cama o sentado en una silla con la espalda recta
- Coloca la mano derecha en el vientre para conectar con su movimiento, mientras que el tórax se queda inmóvil.
- Cierra los ojos y conecta con tu abdomen.
- Inhala contando hasta cuatro llevando el aire hacia el vientre observando como sube y se expande lenta y rítmicamente. Así el diafragma baja y deja más capacidad para que los pulmones absorban más oxígeno. Tus hombros siguen relajados y la espalda recta.
- Exhala contando también hasta cuatro y contrayendo ligeramente el abdomen. Observa como baja el diafragma y permite expulsar el dióxido de carbono.
Puedes con la práctica aumentar los tiempos. Proponte hacerla de 3-5 veces al día entre 3 y 5 minutos cada vez. Como ves sigue siendo poca inversión para grandes beneficios.
No esperes a sentirte mal para respirar bien y relajarte.
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