Yolanda Cuevas Ayneto

Respiración abdominal

Existen diferentes técnicas de respiración, herramientas que reducen el estrés y la tensión muscular. Son herramientas que está dentro de ti, necesitas conocerlas y practicarlas.

La respiración abdominal también llamada diafragmática o baja nos permite centrarnos y llenarnos de energía.

Aumenta la cantidad de aire a los pulmones y promueve la oxigenación de la sangre. Esto implica también que la información de vuelta de los órganos a la mente a través del nervio vago sea relajada.

Es una técnica muy recomendada para combatir la ansiedad. Una respiración rítmica y profunda que estabiliza emocionalmente. La puedes realizar en cualquier momento y no hay que esperar a estar tenso para practicarla.

La respiración abdominal está contrapuesta a la respiración torácica. En esta expandimos la caja torácica hacia arriba y adelante lo que ensancha los pulmones y aspirar el aire. Y permite una mayor frecuencia respiratoria. La respiración diafragmática los pulmones se expanden hacia abajo y permite un número de inspiraciones por minuto menor.

Por eso utilizamos la respiración torácica cuando jadeamos como  al hacer ejercicio, porque quemamos gran cantidad de energía y tenemos una gran demanda de oxígeno. En cambio la respiración abdominal es un tipo de respiración consciente, que solo puede utilizarse con concentración.

Beneficios:

-Corregimos la acidificación de la sangre. Al ser un proceso consciente,  permite pausar la frecuencia respiratoria evitando la taquipnea o hiperventilación subclínica propia de los estados de ansiedad o estrés. Así evitamos que la sangre se acidifique por exceso de oxigeno en relación con el CO2, que provoca mareos, nerviosismo y diversos síndromes neurológicos. La respiración abdominal nos devuelve los niveles normales de CO2 en sangre y nos ayuda a eliminar la ansiedad.

-Favorece la atención y concentración mental

-Equilibra las emociones.

-Facilita el sueño y combate el insomnio.

-Aumenta la capacidad pulmonar y mantenemos la elasticidad pulmonar: La máxima capacidad pulmonar que alcanzamos en cada respiración es de unos seis litros de aire, a partir de los cuarenta años empieza a decrecer. A los sesenta años nuestra capacidad pulmonar puede ser un 30% inferior que con treinta. Una de las causas es que no entrenamos los pulmones para que mantengan su elasticidad y se atrofian debido a cambios en los tejidos, los músculos, los huesos y el sistema nervioso. La respiración abdominal los mantiene elásticos y tonificados.

-Activa el sistema circulatorio.

-Mejora el funcionamiento de los órganos intestinales

¿Cómo se practica?

  1. Tumbado boca arriba en la cama o sentado en una silla con la espalda recta
  2. Coloca la mano derecha en el vientre para conectar con su movimiento, mientras que el tórax se queda inmóvil.
  3. Cierra los ojos y conecta con tu abdomen.
  4. Inhala contando hasta cuatro llevando el aire hacia el vientre observando como sube y se expande lenta y rítmicamente. Así el diafragma baja y deja más capacidad para que los pulmones absorban más oxígeno. Tus hombros siguen relajados y la espalda recta.
  5. Exhala contando también hasta cuatro y contrayendo ligeramente el abdomen. Observa como baja el diafragma y permite expulsar el dióxido de carbono.

Puedes con la práctica aumentar los tiempos. Proponte hacerla de 3-5 veces al día entre 3 y 5 minutos cada vez. Como ves sigue siendo poca inversión para grandes beneficios.

No esperes a sentirte mal para respirar bien y relajarte.

Mi taller online grabado Aprender a respirar aquí

Yolanda Cuevas

Yolanda Cuevas

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