Y al final no pudo ser. Se sabe que en el mundo del fútbol hay muchas variables que no se pueden controlar y que influyen a lo largo de la temporada. Mantener la categoría no solo depende del sudor y lágrimas, es decir del esfuerzo, sacrificio, compromiso…de todos. Esto es imprescindible pero se necesita algo más. Y no todo está en nuestras manos.
Llega la hora de despedirse, de los compañeros, de los entrenadores, de la psicóloga, de un club y de todas las personas que están detrás. El duelo deportivo para unos y las ganas de acabar para otros están presentes. Poner en común las emociones que se sienten une al equipo. El famoso “no pasa nada” no es cierto, claro que pasa, y hay que darle tiempo a recuperarse de esa decepción, frustración, tristeza, incredulidad… que cada uno siente, inevitable y respetable como ya trabajamos.
Siempre me gusta finalizar con una valoración escrita, de manera individual, pero todos juntos. Un espacio para que cada uno exprese lo que siente, lo que piensa, de manera íntima y desde la calma. Destacando qué cree que aportó a su equipo, qué haría distinto si empezara la temporada, qué destaca de cada entrenador, áreas de mejora, qué aportó la psicóloga a nivel individual y grupal, y qué se llevan de la temporada… Preguntas que te hacen reflexionar, ver la temporada desde otro punto de vista y no solo desde el marcador. Porque al final todo cuenta, todo suma. Esta temporada, llena de experiencias, primerizas para muchos, les hace crecer como personas y deportistas, pero tienen que ser capaces de definirlo, interiorizarlo, sentirlo y creerlo, y así fue nuestra última sesión. El pie y el balón descansaron y se puso en juego una vez más la cabeza. No hay duda que todos recordarán esta temporada y valorarán a futuro cosas que hoy, aún no están preparados mental, ni emocionalmente.
Pretender olvidar algo vivido hace que te pierdas la oportunidad de aprendizaje, y es más probable que se vuelvan a cometer los mismos errores. Lo que sé, si quiero, puedo entrenarlo y modificarlo. Y hablo no solo de la parte física, técnica o táctica, sino de mis habilidades sociales, mi capacidad de comunicarme en el vestuario y en el campo, con mis compañeros y mis entrenadores, de mi capacidad de resolver diferencias, de ser flexible, de apoyar al compañero que lo necesita, de entrenar mi compromiso y mis prioridades, de saber pedir lo que necesito a mi entrenador… No se puede modificar aquello que no sé que hago mal y afecta a mi rendimiento o al rendimiento de los demás, que debilita. Se dice siempre que hay que ser perseverante, pero eso no quiere decir que te machaques a ti mismo o a los demás con aquello que no funciona. Se puede perseverar en un objetivo y cambiar la forma de hacerlo. Hay que ser flexible, y siempre se está a tiempo de modificar aquello que no te permite avanzar.
Para seguir avanzando hay que saber rebobinar, identificar y posicionarse, solo así se aprende de los errores, de los fracasos, sin actitud victimista. Demostrándote a ti mismo que sigues en ello.
Agradezco una temporada más a este club y al cuerpo técnico Yvo, Plou y Yebra la posibilidad de estar con todos vosotros, grandes hombres y chavales, con ilusiones. Compartir sesiones juntos me enriquece a mí también como persona y profesional.
Esta temporada se ha aprendido mucho y hay que ponerlo en valor. Nunca olvidéis que gracias a vuestro anterior esfuerzo, sacrificio y compromiso podéis decir “Yo he sido de Tercera División con el RSD Santa Isabel”.
Hoy ha sido nuestro último partido juntos, en casa y disfrutando del fútbol.
Pedro, Martínez, Galvez, Poma, López, Miki Navarro, Ibra, Guerrero, Vicien, Serrano, James, Dieste, Franco, Lucas, Michel, Alonso, Estarreado, Gil, Richard, Báguena, Adrián Pérez, Yvo, Plou, Yebra, Javier, Mario, Alfredo…( y a todos los que empezaron y no acabaron por diferentes circunstancias) os deseo lo mejor en vuestra vida personal y deportiva, que la disfrutéis y pongáis pasión en ello. Solo así se VIVE en mayúsculas.