Yolanda Cuevas Ayneto

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Artículos Psicología y Salud

Voy a tener un hermano ¿cómo lo hacemos?

 

“Uff ha llegado el bebé-hermano la que se avecina, menudo cambio, ¡qué momento más difícil! Y eso que yo quería un hermano pero…”

Me siento confundido, asustado, inseguro, enfadado, desplazado, desbordado y por eso puedo estar callado, llorando, desobediente, gritón…como hijo. Ya sé que no necesitas eso de mi pero no sé cómo hacer. No sé si mi mamá me seguirá queriendo, si preferirá al bebé, o como va a ser el día a día. Qué vulnerable…siento que podemos perder la conexión.  Si no le diré “que vuelva al hospital” o a la tripa… no sé…qué confuso es todo.

El primer encuentro es clave. Así que entenderlo y organizarlo será un buen reto desde que se da la noticia de que mamá lleva un bebé dentro.

Te doy unas pautas para ayudarme a vivirlo mejor:

1.Hazme partícipe: del embarazo, ecografías, revisiones, compras, del cuarto…recuerda mi embarazo y disfrutemos mis fotos. Déjame tocar la barriga, que le cuente cosas de mi día, un cuento, mis fortalezas, lo que le enseñaré…

2.Con un cambio es suficiente: Si voy a dormir en otro cuarto no esperes a que llegue el bebé. Puede sentirme desplazado, que ya no soy importante y echar la culpa al bebé.

3.Crea una posible historia general: Un cuento dime qué puede pasar cuando nace el bebé. Dime que tendrás que irte unos días al hospital, que estaré con papá o con los abuelos, que hablaremos por teléfono, que iré a ver al hermanito al hospital…Igual hasta lo dibujo.

4.No soy un paquete: Dormir en casa y seguir mis rutinas me da seguridad. Mejor que se desplacen los familiares para cuidarme mientras estáis en el hospital.

5.El móvil me conecta: Grábame un cuento de buenas noches, mándame algún audio para sentir qué piensas y te acuerdas de mi. Dime que tienes muchas ganas de verme y abrazarme cuando vaya al hospital.

6.Conexión sin prisa: Dime ya ha nacido cuando estés descansada, así sabré que puedo ir a verte ya sin que se me eternicen las horas.

7.El primer encuentro deja huella emocional:  Cread el clima adecuado, a solas y sin el bebé en brazos o dándole el pecho. Mamá necesito que estés disponible para mi, con los brazos libres y abiertos que sienta que tiene ganas de hijo. Una vez tranquilo en ti estaré más preparado para que entre mi hermano.

8.Tarjeta de presentación: Si me trae un regalo me quedaré sorprendido y feliz. Seguramente yo le prepararé otro y se lo daré cuando venga a mi casa, bueno nuestra casa.

9.No me agobiéis: no me obligues a sentir, a cogerlo, tocarlo, besarlo, abrazarlo, no me hagas 100 fotos, respeta mi privacidad en las RRSS, dame tiempo ¡que estoy alucinado…!

10.Lo bueno si es breve dos veces bueno: No me tengas toda la tarde, si me canso me iré a jugar con los abuelos, al parque o a casa que por hoy ya vale de emociones fuertes.

11.Tenme cerca: si le das el pecho no me digas que me vaya. Háblame de cuando yo era bebé y hacías lo mismo conmigo.

12.Enséñadme a tocarlo: a veces no soy muy fino con mis manos pero no me grites que me asusto y no querré tocarlo más.

13.No soy mayor papá: sigo siendo un niño, tu pequeñin como me has llamado siempre. No adelantes mi edad ni me hagas hacer cosas que no me corresponden.

14.Te echo de menos mamá: Necesito tiempo a solas contigo. Necesito sentirme unida a tí, sentirme especial, esto me dará seguridad y tranquilidad para irme al cole sin miedos.

15.No me etiquetéis como celoso y ni me ridiculices delante de los demás: a veces me siento raro teniendo un hermano y ver que lo miras con tanto amor me hace gritar, enfadarme, tirar cosas…son mis emociones revolucionadas. Ayúdame a calmarme, abrazándome, diciéndome que me entiendes, teniéndote cerca….y no me castigues solo en mi habitación que aún me siento peor.

16.Sigue a mi lado: algunos días serán mejores que otros, pero necesito de tu amor, paciencia, conexión, respeto, normas y firmeza para crecer juntos como persona, hijo, hermano y familia.

Gracias mamá, gracias papá. ¡Empieza la aventura!

 

Aquí te dejo 12 nomas para ir a visitar a un bebé y su madre. Muy interesante para mandar a las madres, suegras y amigos 🙂

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Mindfulness

Nuevo taller de Mindfulness en Zaragoza

El sábado 16 de noviembre impartiré un nuevo taller de Mindfulness de 9:00 a 13:00 en Ibercaja

Si estás interesado en participar, sabes de alguien o quieres regalarlo escríbeme a e-mail yolanda@yolandacuevas.es y te envío toda la información.

Espacio en la web aquí

Que tengas un buen día.

 

 

 

 

 

 

 

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Mindfulness Psicología y Salud

Nuevo taller: Mindfulness o Atención Plena

El próximo 19 de enero de 9:00-13:00 realizo un nuevo taller en Mindfulness en Zaragoza en la sede de Ibercaja del ACTUR.

Te dejo este ENLACE por si estás interesado o interesada en asistir o sabes de alguien por darlo a conocer o quieres regalar bienestar.

Para cualquier duda y reserva escríbeme al e-mail yolanda@yolandacuevas.es

Si quieres dominar la ansiedad de la vida, vive el momento, vive en la respiración. Amit Ray.

 

 

 

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Artículos Psicología y Salud

¿Dónde sientes tus emociones?

Nuestro día discurre entre pensamientos, emociones y comportamientos, todos ellos relacionados entre sí, se condicionan unos a otros para bien o para mal.
Tan importante es conocer las emociones y ponerle nombre, como saber y sentir la parte del cuerpo donde deciden alojarse.
El cuerpo nos manda señales con información que tenemos que saber detectar, traducir, comprender, convivir y gestionar.

En un estudio finlandés, (Nummenmaa, Glerean, Hari y Hietanen, 2013) pidieron a 701 particapantes de diversas nacionalidades que señalaran en un dibujo que representaba una figura humana las zonas del cuerpo que se activaban al sentir un determinado estado emocional y en otra figura, las zonas en que sentían menos activación.

¿Cómo? mediante un código de colores (colores cálidos que representaban la activación, y fríos que representaban la desactivación). Presentaron palabras, películas, historias y expresiones faciales que representaban 6 emociones básicas o primarias (enojo-ira, miedo, asco, felicidad-alegría, tristeza y sorpresa) y 7 secundarias o complejas ( ansiedad, amor, depresión, desprecio, orgullo, vergüenza, envidia) recogidas en la imagen inferior.

Los resultados confirmaron que somos capaces de ubicar las variaciones del estado emocional en diferentes áreas de nuestro cuerpo. Las emociones se sienten en el cuerpo. Vivir conectado al cuerpo implica poder sentir esas emociones de forma localizada y no solo como estado mental. Aquí esta la dificultad, se dice “me siento triste” ¿como lo sabes? y puede ser que se conteste “porque no tengo ganas de nada o por que lloro” todo relacionado con los comprotamiento o conductas. Así que queda conectar con donde lo siento en mi cuerpo. Mente y cuerpo estan interrelacionados. Ambos se comunican. Solo queda escuchar.

Se puede observar las diferentes áreas en el “Mapa corporal de emociones” publicado en la revista Proceedings of the National Ac ademy of Sciences.

Hay que tener en cuenta que mayoría de las emociones básicas (miedo, alegría, sorpresa, tristeza, ira, asco…) se asocian con sensaciones de alta actividad en la zona alta del pecho, sujetas a cambios en nuestra propia respiración y ritmo cardiaco.

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Artículos Psicología del Deporte

Los penaltis, más cuestión de psicología que de físico.

De un deporte de equipo se pasa a deporte individual cuando llega el momento “penalti”.

Tirar penaltis es una situación estresante pero si de ellos depende dar la victoria o derrota a tu equipo en un partido de eliminatoria el reto se puede convertir en una amenaza. Y se comienza a hablar de que “la portería se hace pequeña”

La presión gana terreno al cerebro y se genera un estado de ansiedad anticipatoria que puede con el jugador. Comienza a pensar en dificultades, anticipando sucesos a nivel mental que la mayoría no ocurren pero que condicionan siempre la ejecución. Se pasa del eustrés necesario para los retos y competiciones, al distrés donde hay tensión y pérdida de control. Un jugador estresado tiene más posibilidades de fallar un penalti, puede reducirse el acierto hasta el 76%.

Los estresores pueden ser externos, la mirada de millones de millones de personas, estadios abarrotados, gritos, presión del entrenador o de los compañeros,  la prensa y sus comentarios… del tipo de penalti. Los datos muestran que si el fallo hace perder la tanda, el porcentaje de acierto es del 60% , si el acierto hace ganar la tanda es del 92%, o durante la propia tanda de penaltis del 76% y durante el tiempo reglamentario es de un 85%.

Esta variación de las cifras responde a lo que el Premio Nobel Daniel Kahneman llama “aversión a la pérdida”. Es decir, el miedo y el rechazo a perder influyen negativamente en los pensamientos y acciones de los deportistas.

También hay que tener en cuenta los estresores  internos como la falta de habilidades para gestionar pensamientos y emociones, falta de confianza o falta de herramientas para gestionar el estrés entre otros.

Los tres momentos clave a nivel psicológico son:

  1. el tiempo de espera tras la prórroga
  2. la espera en el círculo central previo a los tiros
  3. el camino que debe recorrer el lanzador hasta el punto de penalti

En estas situaciones estresantes, de “peligro” el cerebro está programado para la supervivencia, es un experto en ver amenazas, así que entre otros querrá huir y para ello prepara al cuerpo, tensión muscular, cambios en el ritmo de respiración, aceleración del corazón, liberación hormonal…pero la realidad es que se trata de tirar a puerta, no de huir.

Ya sabes que puedes tirar un penalti, aunque no seas uno de los tiradores habituales del equipo. Así que entrena tu mente para ello y no lo dejes al azar o a la suerte, porque los penaltis no son una lotería. No eres tú el que falla penaltis, es tu estrés, es tu cerebro. Así que para ello:

  1. Pensamientos generadores de gol: Se actúa como se piensa. El cerebro trabaja mejor si se lo pones fácil. Dile lo que tiene que hacer, guíale, en vez de hablarte en términos contrarios. Mejor decir “entre los postes”, “centrado” “a la escuadra” “raso” y no “que no le dé al palo” “más vale que no vaya a las gradas”.  Se trata de que el cerebro se centre, no que  se disperse entre esas opciones que provocan los conocidos “errores irónicos” con resultado justo lo contrario a lo que en el fondo se quería conseguir.
  2. Monólogo interior de ganador: “es mío”, “es mi oportunidad”, “si el portero es bueno, yo también” que sostengan un comportamiento atrevido con la confianza y seguridad.
  3. Respirar para aumentar la precisión en faltas o penaltis. La forma en que se respira manda diferentes señales al cerebro que traduce según su duración, profundidad… Se trata de buscar claridad mental para la ejecución.

Ritmo 4 respiraciones normales  -1 respiración profunda (4 secuencias)

Ritmo 1-4-2-1 (inspiración-retención-espiración-retención)

  1. Respiración abdominal para disminuir en un minuto el exceso de activación general en las breves pausas, tras un gran esfuerzo, disminuir tensión en los músculos y reducir la tasa cardiaca. Para esta respiración no forzada se puede arquear el cuerpo hacia delante con las piernas abiertas al ritmo inspiración profunda, retención entre cinco y diez segundos y expiración lenta.
  2. Visualización: entrena a tu cerebro en la visión de tu penalti. El cerebro activa las mismas áreas cerebrales que si fuera real, no distingue entre realidad y ficción. Visualizar la escena con todos los movimientos permite que llegado el momento el cerebro no lo viva como nuevo y la amenaza desciende.
  3. Para las distracciones en aspectos incontrolables, mindfulness: aquí y ahora, eres tú, el balón y la portería. Conecta con tu cuerpo, tu respiración, tu potencia y tu talento, el tacto del balón, tus pies firmes en el césped,  sin perder contacto visual  con tu objetivo para no interrumpir la preparación, no hay nada más. Se trata de estar concentrado, la habilidad de dirigir toda la atención hacia los aspectos que importan. La atención no está en las gradas, en los pitidos, los movimientos del portero o sus gritos. En un estudio de 167 penaltis, los investigadores establecieron que los jugadores que mantenían sus ojos fijos en el guardameta tienen más posibilidades de equivocarse. Pero la realidad es que en las tandas los lanzadores miran al portero el doble de veces que en los penaltis durante los partidos. Conecta con ese momento en el que todo se para para ti, se hace el silencio.
  4. Aunque la procesión vaya por dentro, muéstrate tranquilo y seguro, que el cuerpo lo acompañe con paso firme y recto. Existe un proceso en el cerebro en el momento de tirar un penalti, es el proceso operativo es decir colocación del balón, pasos hacia atrás, la parada, la forma de correr y velocidad y la dirección golpear el balón. No dar la espalda a la portería al preparar la carrerilla demuestra seguridad. La información propioceptiva llega al cerebro y esto evitará que malinterprete y libere la hormona del estrés, cortisol y adrenalina que lo acelera todo demasiado.
  5. Si buscas recuerdos que sean los que sumen. Ese último penalti que fue gol y sus sensaciones. Ese eres tú, puedes repetirlo.
  6. Golpea con confianza, al sitio elegido sin cambiar y sin que dependa de la posición del portero, convencido de lo que haces, porque la duda te debilita y facilita el fallo. Confía en ti, en tu talento, y en tu técnica no estás donde estás por casualidad.
  7. No te apresures tras el pitido e incrementarás el 80% las posibilidades, sino solo tendrás el 57% de acierto.
  8. Celebra el tanto efusivamente, esta visión afecta negativamente al equipo contrario, es el llamado “contagio emocional”.

Todo esto es controlable, si lo entrenas, para un penalti, el resto no.

Con Joaquín jugador del Betis en rueda de prensa. Sevilla-Pringles 16 mayo 2018
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Artículos Mindfulness Psicología y Salud

Mis primeros pasos Mindfulness

¿Te gustaría poder gestionar mejor tus emociones?, ¿aprender a ser menos reactivo con las situaciones y las personas?, ¿que tu cabeza descanse de esa mente de mono que salta de rama en rama, de pensamiento en pensamiento?. La práctica de mindfulness puede ayudarte.

Mindfulness es una capacidad que tenemos, pero que en la actualidad está desentrenada. Se trata de estar atentos a lo que sucede momento a momento, de manera intencionada, como si fuera la primera vez, es decir con mente de principiante, y sin dejarse llevar por los juicios.

Así que te propongo una serie de pautas para familiarizarte, entrenar o si ya conoces la práctica pero no practicas, comenzar:

  1. Es necesario practicar cada día para construir el hábito “mindfulness” y generar bienestar. No es un flotador al que recurrir en momentos de emergencia. El cerebro necesita familiarizarse de nuevo con esta habilidad perdida, en tiempos de piloto automático. Se sabe que con la práctica regular ciertos momentos de emergencia van desapareciendo porque aprendes a estar con lo que te rodea de una forma diferente, pensamientos, emociones, personas… y ante situaciones difíciles imprevistas la habilidad entrenada nos permite sostener la experiencia de una forma diferente, no reactiva, que fomenta la regulación. Una inyección directa a la resiliencia.
  2. Pónselo fácil, y más si te estás iniciando. Busca el lugar adecuado sin ruidos, que no te molesten, silencia el móvil, avisa a los tuyos de que necesitas ese momento, ponte una alarma con el tiempo que quieres destinar… Siéntate en una silla, apoya ambos pies en el suelo (si puedes descalzo para amplificar las sensaciones), espalda recta para ayudar a la atención y las manos sobre los muslos.
  3. Realiza 3 inspiraciones profundas. Cierra los ojos y observa tu postura, la posición de pies, piernas, muslos, caderas, columna, brazos, manos, cabeza. Conecta con tu propia respiración en el lugar más sentida, preferiblemente la nariz. Observa qué ocurre cuando paras “la máquina”. Siente el movimiento que produce la respiración en tu cuerpo. Nota el vientre como se eleva con cada inspiración, el sonido, el llenado de los pulmones, el roce por las fosas nasales…
  4. Durante 1 minuto…3 ó 5 según entrenamiento y situación siente el aire como entra y sale, calibra tu atención como si fuera la primera vez que tomas conciencia de tu propia respiración. Al inicio puede ayudarte la guía 1/1 2/2 …con cada inspiración (1) y exhalación (2) hasta 10/10. Con curiosidad explora tu respiración y quizás descubras que se despliega en 4 tiempos. La pausa de la inspiración antes de iniciarse la exhalación y la pausa de la exhalación antes de iniciarse una nueva inspiración y con ella un nuevo ciclo en la respiración.
  5. No te dejes llevar por tus juicios. “Me gusta”, “qué horror”, “no me gusta”, “me voy”, ”qué difícil” “esto no es para mí”, “podría haber hecho llamadas en este tiempo” “aún me pone más nervios” Cada vez que te vas a tus pensamientos y te das cuenta, ya estás de nuevo en el presente. Así que das las gracias y con amabilidad vuelves a posar tu atención a la respiración. Así se entrena la capacidad.
  6. Valora tu decisión. Cuando suene la alarma o decidas parar, valora darte este tiempo de autocuidado, de regulación y conexión. Conectando con que este es el camino a seguir cada día.
  7. Día a día acompaña con las llamadas prácticas informales. Lavarte las manos, comer una fruta…como si fuera la primera vez con todos los sentidos. Con la primera opción sería estar con el olor del jabón, la textura, las burbujas, la temperatura del agua, el movimiento de tus manos.

Así entrenas a tu cerebro en la capacidad de estar más presente porque lo inundas de la experiencia. Esto impide que te vayas a otros tipos de pensamientos, de pasado o futuro que fomentan el malestar.

Mis iniciativa Mindfulness AQUÍ

Aplicaciones para iniciarte o entrenar mindfulness desde móviles AQUÍ

 

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Cuentos y Metáforas

¿Es tristeza o rabia? Un cuento para pensar, sentir y reflexionar

Había una vez…

Un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la ira. Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.

La ira, apurada (como siempre está la ira), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún salió del agua… Pero la iraes ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró…
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza… Y así vestida de tristeza, la ira se fue.

Muy calmada, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque. En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la ira.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la ira, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta ira que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la ira, en realidad… está escondida la tristeza.

Adaptado de Cuentos para pensar, Jorge Bucay

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Artículos

Entrevista a Richard Davidson: entrenamiento mental

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Artículos Mindfulness

Mindfulness para una alimentación consciente.

Os dejo el enlace al artículo que he realizado para Cómete el Mundo sobre la alimentación consciente, beneficios y pautas.

Todos conocemos la frase “eres lo que comes”, pero hay que añadir “y el modo en que lo comes”.

La vida acelerada y aderezada de presión y con una pizca de exceso de responsabilidades, no se lo pone fácil al hábito de comer de forma saludable, y se traga o engulle la comida. Se necesita reflexionar sobre la relación que se tiene con la comida y trabajar el cambio para fomentar salud y bienestar.

Comer de forma mindfulness, con conciencia, con atención plena, entrena a tu cerebro para comer sin impulsividad, saboreando, escuchando al estómago y a las señales internas que invitan a parar o a seguir. Una experiencia que involucra la mente, el cuerpo y el corazón.

Pero cuando se come desconectado, con el piloto automático todos esos sensores están apagados y la experiencia cambia. El plato queda vacío sin pensar,  sin darse cuenta del proceso. Esto ya es una pista de que algo no funciona.

Por otro lado la comida tapa o enmudece a las emociones, el hambre psicológico o emocional se confunde con el físico que luego promueve sentimientos de culpabilidad. Son alimentos reconfortantes, normalmente dulces. Como una máquina del tiempo, llevan a la infancia porque están asociados al cariño materno o paterno o a las recompensas y cómo nos hacían sentir. Se busca a través de ellos, en ocasiones de forma compulsiva, la regulación emocional de la tristeza, el cansancio, el enfado, la frustración… Estos alimentos elevan la glucosa y también promueven cambios de humor, estrés y bloqueo mental.

Mindfulness abre los sentidos a una nueva experiencia con la alimentación. Entrena el espacio entre lo que tus ojos desean según tus emociones y lo que el estómago necesita, tan necesario cuando unas ganas arrolladoras inundan tu mente por “engullir” algo.

Mi propuesta mindfulness para conectar el cuerpo es la siguiente:

  1. Activa todos tus sentidos en la elección de los alimentos, en su preparación y pon cariño en ello.
  2. ¿Tienes hambre física o emocional? Aprender a diferenciarla para decidir qué hacer. Reconoce tu estado emocional, para no proyectarlo en el plato. Enfadado, cansado, aburrido,  frustrado, con tensión, ansioso, estresado,  triste, contento…por un mal día, una discusión, un malentendido, una desilusión, una sorpresa.
  3. Cuando comas, solo come. Recuerda lo que decían nuestras sabias abuelas. Que tu compañía no sea la televisión, el ordenador o el móvil, a veces son los tres. Trasmite esto a tus hijos, ya que la prevención desde el ejemplo es fundamental.
  4. Escucha tu cuerpo, agudizará los sensores a las señales internas de hambre y saciedad. Respira con ellas. Recréate en el deseo, en tu sorpresivo antojo, dónde los sientes y espera sin juzgar, como si fuera la primera vez que los experimentas. Dales espacio porque pueden suavizarse y desaparecer. Tener ganas, no implica comer.
  5. Al minuto decide desde un cerebro más reflexivo y no impulsivo si te lo comes, pospones o no lo comes. Y trata con amabilidad esas voces que dialogan con el hambre, que si luchas contra ellas te debilitan.
  6. Si no comes es que el deseo se desvaneció. Desarrollar esta atención plena permite no hacer lo que el cuerpo no necesita y desentrenar la reacción impulsiva.
  7. Si decides comer, hazlo de forma consciente pon a prueba tus sentidos que están anestesiados cuando se come impulsivamente. Respira conscientemente, huele, ten en cuenta la textura, la consistencia, la forma, el sonido, el grosor, el baile del alimento en la boca que supone la masticación consciente como si fuera la primera vez. Descubriendo nuevas experiencias sin juzgar, aceptándolas tal como se producen y aliña con cariño.
  8. Observa cómo es comer de este modo sin piloto automático. Respirando, explorando y decidiendo y lo que descubres.
  9. Una lectura: “Saborear: mindfulness para comer y vivir bien”, 2011. De Thich Nhat Hanh

En los casos de Trastorno de Alimentación, que van en aumento, existen restricciones cognitivas, desbordamientos emocionales que impiden pensar. Así que es necesario trabajar desde lo corporal. Mindfulness de forma complementaria a otras terapias, permite trabajar de abajo a arriba y es muy beneficioso en el proceso terapéutico. El escaneo corporal o body-scan  permite la observación del cuerpo, ayuda a sentir y tomar conciencia para modificar la alteración del esquema corporal. Los ejercicios Hatha Yoga aumentan la conciencia interoceptiva que da información del propio cuerpo.

Mindfulness trabaja el aquí y ahora dejando tranquilo e inactivo el pasado y el futuro. Para ello se centra en el trabajo con las emociones, entrenando y permitiendo  la regulación de la experiencia emocional, impidiendo el secuestro emocional que desregula y aumentando la ventana de tolerancia. Trabaja con los pensamientos observándolos sin juzgar, debilitando el proceso rumiante, ese dar vueltas a las cosas y trabaja con las sensaciones corporales que dan información real al momento.

Se trata de desarrollar una alimentación que promueva la salud y bienestar desde la práctica de mindfulness.

Para ello te animo a comer de forma consciente y sin juzgar en alguna comida, durante unos minutos, un alimento y compartas en nuestras redes sociales tu experiencia.

Audios mindfulness: aquí

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Artículos Mindfulness

Cómo crear un rincón de calma para nuestros hijos.

Os dejo este enlace publicado hoy en el periódico Heraldo de Aragón. Os ayudará  a crear ese espacio para que los niños y no tan niños puedan regular sus emociones y así poder pensar, reflexionar, tomar deciciones etc…

El lugar de calma se centra en la emoción, el Rincón de pensar se centra en el pensamiento. Si uno no se calma no puede pensar.

Disfrutad todos de su creación!

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